Cuando nos encontramos con que el paciente se halla postrado en cama, ya sea de forma temporal porque está recuperándose de una lesión u operación, o permanente porque una patología u otras circunstancias le han llevado a terminar postrado, lo primero que debemos hacer ante todo es pensar en la persona.
Por ello antes de establecer un plan de cuidados para este tipo de pacientes, es necesario que hagamos un ejercicio constante de ponernos en su piel y situación.
¿Cómo nos sentiríamos nosotros si fuéramos los que estamos en esa cama? ¿Cómo nos gustaría que nos asistieran? ¿Tendríamos pudor y vergüenza porque otra persona nos aseara y viera desnudos? ¿Te daría reparo y generaría incomodidad si no existiera un vínculo de respeto y calidez hacia tu ser e intimidad?
El cuidar de un individuo postrado requiere que apliquemos una extrema visión humanista.
Exige que nos pongamos en su piel y circunstancias. Nos pide que seamos respetuosos y proyectemos empatía, cercanía y calor.
Porque además de que ser asistido puede resultar una situación incómoda para quien está postrado, hemos de entender que además de la dolencia o falta de movilidad que debe soportar, existe un gran factor psicológico-emocional que hay que tener muy presente en todo momento.
El paciente postrado puede sufrir una gran angustia al verse postrado en una cama de forma obligatoria.
Éste necesitará asistencia directa en las actividades de auto-cuidado y de su vida diaria como: bañarse, gestionar su higiene personal, vestirse, alimentarse, cuidar de su cuerpo y evacuaciones.
Lo que se debe prevenir
- Alteraciones en la circulación sanguínea que desembocan en problemas como trombosis venosa.
- Mala ventilación pulmonar con retención de secreciones y predisposición a las infecciones respiratorias (neumonía).
- Pérdida de masa muscular, generando una atrofia y debilidad muscular.
- Rigidez articular con posibilidad de anquilosis de las articulaciones, generando perdida funcional y dolor ante cualquier movimiento.
- Aparición de úlceras por presión que son lesiones en la piel, cuya profundidad puede variar desde una erosión superficial hasta una afectación más profunda, con riesgo de llegar hasta el hueso.
Recomendaciones para el cuidado de una persona en cama
- En los postrados, el aseo corporal alivia el dolor, la rigidez articular, y reduce molestias como el prurito o comezón, ocasionado por la piel seca.
- Antes de iniciar el baño, hay que decirle a la persona lo que vamos a hacer, ya que le estamos violentando su intimidad física y psíquica.
- Al retirar el camisón o pijama, cubrir al paciente con una toalla grande.
- Limpiar su cuerpo por partes con una esponja sumergida en agua tibia jabonosa. El jabón debe ser de pH neutro, de lo contrario favorecerá la resequedad de la piel.
- Para que el paciente no se enfríe, cubrir el área limpia con la toalla.
- Comenzar el lavado colocando al paciente boca arriba , y terminar girándolo boca abajo. Si no puede permanecer en esta posición, se recomienda colocarlo de lado.
- Comenzar el lavado por la cara, y seguir en este orden, cuello, extremidades superiores, abdomen, extremidades inferiores, y por último los genitales, ano y glúteos.
La higiene de las mucosas
Higiene de los ojos
El lavado de los ojos debe hacerse con una toalla o paño suave humedecido en agua, efectuando pasadas desde el lagrimal hacia el ángulo externo del ojo. Usar un paño para cada ojo.
Higiene de las fosas nasales
Lavar la nariz instilando unas gotas de agua con sal o con una gasa impregnada en suero salino. Debe cambiarse de gasa para cada fosa nasal.
Higiene de la boca
- El lavado de la boca debe hacerse diariamente con suavidad, usando un mango de cuchara o un baja lenguas envuelto en una gasa impregnada de suero o agua con bicarbonato.
- Procurar llegar a todos los lugares: paladar, encías, base de la boca y lengua.
- Enjuagar adecuadamente, con la debida precaución para que el paciente no se ahogue.
- Humectar los labios con vaselina o algún otro producto para ello.
- Proceder al lavado tras cada una de las comidas, aun cuando el paciente se alimente por otra vía diferente a la oral.
- En las personas portadoras de prótesis, retirar las dentaduras y proceder a su limpieza tras cada comida. La dentadura postiza se debe retirar siempre para dormir.
La alimentación del paciente postrados.
- La alimentación es muy importante, ya que la carencia de nutrientes aumenta la posibilidad de formación de úlceras.
- Se debe colocar al paciente en una postura adecuada, elevando la cabecera de la cama o colocando almohadas para que apoye la espalda.
- Si el paciente recibe la nutrición por otra vía diferente a la oral, ya sea por sonda nasogástrica (sonda por la nariz), o sonda de gastrostomía (sonda en el estómago), es igualmente importante sentarlo o elevarle la cabecera para prevenir complicaciones graves como la bronco-aspiración (alimento en los pulmones).
- Conviene adaptar la dieta recomendada para que la pueda tomar y digerir sin complicaciones.
- La dieta deber ser variada, rica en proteínas, vitaminas y minerales que faciliten la regeneración de los tejidos. En ocasiones se precisa un aporte nutricional complementario.
- Asegurar un aporte diario de fibra para mantener el ritmo intestinal.
- El consumo de líquidos debe ser 1,5 a 2 litros al día como mínimo, salvo que existan contraindicaciones reseñadas por el médico.
- Administrar gelatinas o espesantes si es preciso para lograr la ingesta requerida de líquidos.
- El paciente no debe acostarse inmediatamente después de comer, con el fin de evitar reflujos de jugo gástrico. Solo puede hacerlo, hasta pasados 30 minutos después de la ingesta.
Algunos autocuidados para el cuidador
- Mantener siempre posturas adecuadas para prevenir lesiones de columna.
- Tener dos o más cuidadores por paciente con el fin de rotar y repartir las cargas.
- Procurar dormir períodos de tiempo adecuados, que permitan el descanso.